“Me hace feliz pensar que mi nombre quedará atado al de Fernando Benítez por este premio”: Aguilar Camín.
Nallely Pérez
A escasas horas de que la edición 30 de la FIL de Guadalajara llegue a su fin, se realizó en el auditorio Juan Rulfo la entrega del Premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez a Héctor Aguilar Camín (1946). Con una mesa integrada por colegas y amigos del galardonado, Tonatiuh Bravo Padilla dio la bienvenida a los asistentes y puso de relieve la importancia que la visión crítica de Camín ha brindado a la cultura mexicana a través de su desempeño en distintas publicaciones, tales como “La vida cultural en México”, “Uno más uno”, “La Jornada”, “Milenio” y “Nexos”, entre otras.
Cada uno de los ponentes pasó al estrado a exponer su particular punto de vista acerca de la obra de Aguilar Camín, quien debido a su formación como historiador y la habilidad narrativa de su pluma ha dado al periodismo la fuerza crítica que requiere para seguir siendo el cuarto poder. Carlos Puig señaló la imperiosa necesidad de que en esta época marcada por el carácter viral de los medios de comunicación, el periodista sea una guía que dé sentido a la oleada de opiniones mal fundadas que en redes sociales pululan.
Por su parte, Diego Petersen resaltó la obra novelística del autor de “Morir en el Golfo” (1985) y puso de relieve el don que Héctor posee para escribir ficción política, la cual tuvo en Luis Spota a uno de sus iniciadores. Siguiendo la tónica narrativa del premiado, Sergio González Rodríguez abordó la vena cuentística de Camín, y compartió con el público una serie de anécdotas en las que señaló que el yucateco es continuador de las contribuciones que Fernando Benítez, Carlos Monsiváis y Jaime García Terrés hicieron al periodismo cultural mexicano.
El turno de su amigo, Rafael Pérez Gay, con quien fundó la editorial Cal y Arena, propició un breve análisis a retrospectiva de lo que significó para el país la década de los setenta, época en la que Aguilar Camín se inició en el oficio de comunicar, y subrayó que “sin inteligencia ni tenacidad no existe el periodismo”.
La última intervención de la mesa, en la que también estuvieron presentes Raúl Padilla y Marisol Shultz, fue la de Miguel Aguilar, quien leyó un texto titulado “Dos cualidades y tres orgullos”, en el que desmenuzó la admiración que lo liga a su hermano menor, al cual calificó como “un formidable empresario de la cultura llamado Héctor Aguilar Camín”.
Así, después de la entrega del reconocimiento, Aguilar Camín tomó la palabra para hablar de Fernando Benítez, en este sentido apuntaló “me hace feliz pensar que mi nombre quedará atado al suyo por este premio”. Lleno de emoción, Camín recreó ante la audiencia algunas de las lecciones de vida y profesionales que Benítez le legó, entre las que figuran la resistencia y la generosidad.
Al celebrar la herencia del legendario director de “México en la cultura”, a quien describió como un dandy, Aguilar Camín señaló que la grandeza periodista de Benítez radicaba en gran medida en que editaba a sus colaboradores (entre los que figuraron Alfonso Reyes y Alejo Carpentier) no desde la competencia y la envidia, como es común en los medios de comunicación, sino desde la admiración y la empatía.
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